Domingo, 1 de septiembre de 2024. “La vuelta al cole más cara de los últimos años”, escuchamos de fondo. “Se empieza a conocer como la terrible cuesta de septiembre”, continúa la presentadora.
Mi marido dormita con un ojo abierto y otro cerrado escuchando las noticias a la espera de los deportes. Yo leo las primeras páginas de El retrato de Dorian Grey. Nuestros hijos están cada uno a lo suyo en su habitación. Ahora que son mayores suele ser su momento de soledad.
Él abre los ojos, yo levanto la cabeza, nos miramos y asoma una sonrisa.
Hay meses que hay que hacer encaje de bolillos para llegar a fin de mes, por supuesto, y más cuando yo llevo dieciséis años dedicada a la educación en casa.
Pero la vuelta al cole de septiembre no va con nosotros.
No es algo bueno, ni malo, ni regular. Es sólo que no va con nosotros y me parecería fantástico que mucha gente conociera y sintiera que puede no ir con ellos si a uno le apetece. O al menos, respetar a quienes así lo hemos decidido.
“Una media de novecientos euros por hijo en la vuelta al cole y una media de dos mil quinientos por hijo en todo el curso escolar” sigue la tele con su run run.
Dios mío. Son muchos euros. Me da para un sinfín de material y para muchos, muchísimos libros de calidad. Eso sin contar los que puedes encontrar en las bibliotecas. Porque, vayan tus hijos o no al colegio, no me podrás negar que los libros de texto son de todo, menos libros de calidad.
Estoy rodeada de madres y padres que llevan a sus hijos al colegio y oigo cada septiembre sus fundadas quejas. Son caros, muchos no se usan apenas, no valen, son repetitivos, falta o sobra información, es una tomadura de pelo, etc.
Hay libros que valen para siempre. Los de texto no. Cambian casi cada año. La eterna pregunta asoma a mi cabeza: ¿está hecho a propósito?.
Me gusta buscar libros vivos, libros eternos, libros que crecen con nosotros. Esos libros no se encuentran en el entorno escolar salvo que tengas una persona al frente del aula que se busque la vida y los use de forma paralela a los de texto.
Tengo una amiga cuyos hijos van al cole que siempre me dice medio en broma medio en serio: “a vosotros los que educáis en casa os tendrían que pagar por el ahorro que le suponéis al sistema”. Voy a calcular el coste en material y libros de aquí a junio del año que viene por pura curiosidad, a ver si yo estoy equivocada y la no vuelta al cole sale aún peor .
Todos nos vamos de vacaciones a la vez, volvemos al cole a la vez, gastamos a la vez…todo a la vez, cada vez más, más y más estandarizado. No es casualidad, me temo. Me es indiferente si el sistema ahorra o no con nosotros, o yo ahorro por estar fuera del sistema educativo. Lo que me importa es que nos dejen “no volver al cole en septiembre”.
Hola! Nosotros sí hemos notado como afecta a la economía el cole en comparación al homeschooling. Solo en libros de ALQUILER, hemos pagado 306€ (3 niños) + 120€ en material escolar y cuadernillos de trabajo de los 2 pequeños. El de la ESO afortunadamente reutiliza todo el material y solo han sido hojas. También hemos tenido que comprar mochila, estuche y carpeta, pero eso lo ha cubierto el vale escolar que dan en Cataluña. Aún me falta comprar el chándal del cole de los dos pequeños. Y luego todas las excursiones que hagan y cosillas varias que vayan pidiendo. Teniendo en cuenta que la escolarización es obligatoria, debería ser gratuita. En Alemania no pagábamos nada, ni un lápiz.
Es una pena que afecte para mal la verdad, y estoy totalmente de acuerdo contigo. Con los impuestos que pagamos, debería ser gratuita.